El galés arriba a la cuarta ronda del FIA World Rally Championship (WRC) con una renta de 36 puntos sobre Thierry Neuville, su rival más próximo. Esa distancia equivale a más de un fin de semana. Ni un abandono en la prueba española haría perder el liderato del campeonato al #33. Por esa razón, sus adversarios solo piensan en una cosa: detenerle.

No hay un piloto más perseguido que Elfyn Evans. El líder del FIA World Rally Championship (WRC) es una obsesión para sus rivales, que llegan a Canarias con una obligación: pararle. Y una cifra habla por sí sola, los 36 puntos de ventaja que el galés ostenta sobre su adversario más próximo. Si alguien consigue firmar un pleno en la cita de este fin de semana, obtendría un botín de 35. Independientemente de lo que pase, el #33 mantendrá su lugar el domingo.

El representante del Toyota Gazoo Racing WRT atraviesa la mejor racha de su trayectoria. El top dos se ha convertido en su rango de movimiento. Desde el Rally Chile del curso pasado, en septiembre, no baja de la segunda posición. Lleva seis eventos consecutivos en los que o gana o termina a las puertas de hacerlo. Por el momento, nadie iguala su estado de forma ni tampoco se acerca a esos registros. Pero todos quieren romper esa positiva tendencia. Y ya.

Thierry Neuville y Ott Tänak, dos campeones del mundo, ocupan la segunda y tercera plaza en el certamen. El belga, que defiende corona, arrastra todavía los efectos de su desastroso ‘Monte’. El estonio, a pesar de su regularidad en la fase inicial de la campaña, no ha logrado cosechas demasiado voluminosas más allá de la que obtuvo en Kenia. Los dos regresan a la versión actualizada del Hyundai i20N, la que estrenaron en Suecia y guardaron en el ‘Safari’.

Si hay alguien con la urgencia de acortar la brecha con Evans es Kalle Rovanperä. La sangría del finlandés es tremenda. La entrada en escena de Hankook le ha hecho mucho daño. Aún no ha dado con la tecla con unos neumáticos que no congenian con su estilo de conducción. Si el año pasado fue el que más victorias celebró a lo largo de la temporada, en lo que va de 2025 no ha firmado ni siquiera un podio. Su cero en tierras africanas recrudece su situación.

Sin la preocupación de pelear por la corona, Sébastien Ogier retorna a la acción. Tres meses después de su décimo éxito en los Alpes franceses, el octocampeón vuelve al interior de su Toyota GR Yaris Rally1. El de Gap clava su enésima chincheta en el mapamundi con su visita a este nuevo destino. Le gustan los rallies a los que se parte con una hoja blanco. Los define como «la esencia» del deporte. La suya es pujar por lo más alto del podio en cualquier sitio.

Un paisano del #17, Adrien Fourmaux, conoce una fórmula que los demás han de descubrir, la de vencer en Gran Canaria. El de Hyundai Motorsport lo hizo en el caos meteorológico del 2020. Aquella actuación le abrió las puertas de la categoría reina del WRC, por la que, cinco primaveras más tarde, permanece. Además de estar familiarizado con el nivel de agarre que las carreteras insulares ofrecen, sabe cómo se las gasta el tiempo y los microclimas locales.

Liberado de la presión de puntuar para el apartado de fabricantes, Takamoto Katsuta busca su redención. Recibió uno de los palos más duros de digerir con su accidente en la especial final del ‘Safari’. Quiso ir a por todo y se quedó sin nada. Ese cero afectó de forma notable a su equipo, que vio como perdía una parte importante de su colchón con Hyundai. Lo hecho, hecho está. Ahora, el japonés aterriza en una ronda que puede sentarle como anillo al dedo.

Sami Pajari completa el despliegue de Toyota con el GR Yaris de la formación júnior. Dentro de M-Sport Ford, las esperanzas de brillar están depositadas sobre Grégoire Munster y Josh McErlean. El luxemburgués y el irlandés estuvieron presentes en la edición del 2020, la que catapultó a Fourmaux a la élite. El objetivo principal de ambos es el de llevar sus Puma a la meta de una pieza. Y, si es posible batallar por una posición en el podio, bienvenida que sea.

Foto: Toyota Gazoo Racing WRT