La segunda reunión del Campeonato de Canarias de Velocidad en el Circuito de Maspalomas se saldó con un doblete, pero con diferente protagonista al que se anotó las dos victorias en la concentración anterior. José Manuel Cabral trató por todos los medios posibles de repetir la excelente actuación que cuajó el pasado mes de mayo en el trazado sureño, pero se encontró en la figura de Rafael González con un rival que desarboló por completo sus planes. El del MK Indy R presionó sin concesiones hasta que logró la primera posición en las dos carreras celebradas, recuperándose en una de ellas de un trompo.

El Circuito de Maspalomas acogió a los seguidores del Campeonato de Canarias de Velocidad para la segunda reunión del curso, en la que compartieron trazado con los concursantes del Campeonato de Canarias de Drift, que estrenó su curso en una jornada en la que la presencia del sol se hizo notar, no obstante se encuentra en nivel de aviso naranja la zona sur de la isla de Gran Canaria por unas temperaturas que podrían alcanzar los 39ºC. Afortunadamente, la cercanía al mar alivió esa sensación y la agilidad de la Escudería Maspalomas permitió el correcto desarrollo de los horarios.

La acción comenzó a las 10:00 horas con los entrenamientos libres, en los que los ocho participantes autorizados prepararon sus monturas para una pista que no les esconde secretos. Una de las bajas que se produjo fue la de Manuel Acosta (Toyota Corolla 1.8) por incomparecencia, completando este listado Juan César Mendoza (Fórmula F Solution) por problemas técnicos que, a pesar de los esfuerzos de sus mecánicos, resultaron imposibles de solventar.

Así las cosas, en la clasificación se hacía con la pole position José Manuel Cabral, que endosó con el Mitsubishi Lancer Evolution VI apenas 0.180″ a un Rafael González que se convertiría en su pesadilla dominical con un MK Indy R que rindió a las mil maravillas en las exigentes condiciones meteorológicas que les acompañaron durante la mañana. El tercer mejor registro lo estableció José María Ponce Fernández (Seat 600 JTR), completando la parrilla de la primera carrera Marcos Sena (Hyundai Coupé V6), Éric Hidalgo (Hyundai Accent Copa), Gregorio Fontanilla (MK Indy), José María Emperador (MG TF) y un Alejandro Gil que ni siquiera marcó tiempo con el Nissan 200sx S14A.

Carrera 1: La incesante presión de González da sus frutos

Al apagarse el semáforo se destacaron rápidamente del pelotón José Manuel Cabral y Rafael González. Este último no otorgó respiro alguno al piloto del vehículo nipón, intentando rebasarle en cada frenada consciente de las virtudes del Mitsubishi al salir de los cerrados giros que componen la versión estándar del Circuito de Maspalomas. Precisamente esa incómoda presión abocó a un ligero error al líder del certamen, que cedía la batuta de mando cuando restaban tres curvas para cruzar bajo la bandera a cuadros, imponiéndose González por 0.475″ gracias a su maniobra medida al milímetro.

Ponce rodó en una solitaria tercera plaza, estrenando así su casillero tras su efímera participación en la reunión anterior. Aunque partió al fondo de la parrilla, Gil protagonizó una meritoria remontada que culminó en el cuarto lugar, desde el que precedió a Sena, Hidalgo y Emperador. El del Hyundai Accent Copa realizó un trompo en la curva 3 que no le afectaría en términos clasificatorios. Por lo que respecta a Fontanilla, una avería en la vuelta 3 forzó su abandono. El MK Indy evidenció un comportamiento nervioso, especialmente al accionar el pedal del freno.

Carrera 2: Demostración de superioridad de González

Para la segunda carrera la parrilla se conformaba según los resultados de la primera. Aprovechando la tracción total y el impulso del turbo, escasos metros bastaron para situar a Cabral al frente de la tabla. En esa situación, la única posibilidad de González de retomar el liderato se basaba en aplicar la misma estrategia que en la manga anterior, pero su fogosidad le costó un trompo en la vuelta 2 al contactar el neumático delantero izquierdo del MK Indy R con la grava de las escapatorias, descendiendo a una cuarta plaza que esfumaba sus opciones al doblete, o eso parecía.

Sin desmoralizarse por su error, González imprimió una velocidad demoledora para unos rivales que, a sabiendas de su superioridad, no le dificultaban en demasía la maniobra del adelantamiento, volviendo a ocupar P2 en la vuelta 4, que marcaba el ecuador de la carrera. Cabral comandaba con tranquilidad, pero la sombra de González se ampliaba cada vez más en sus retrovisores hasta que contemplaba por delante el color blanco de un monoplaza que rebasaría la ajedrezada con una renta de 12.004″ sobre el propio Cabral, que contempla el nacimiento de una amenaza a su puesto de privilegio.

Por detrás, Gil cerró el podio en tierra de nadie y constatando una notable evolución en la modalidad de Velocidad. El menor de los José María Ponce cruzaba la meta cuarto, toda vez que Sena, Hidalgo y Emperador repetían en P5, P6 y P7, respectivamente.

Foto: Sheila Martín

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