El piloto galo roza la perfección durante un bucle vespertino en el que sus contrincantes solo pueden arrebatarle el scratch de un tramo. Takamoto Katsuta conserva la segunda posición en el evento de su país, mientras que Elfyn Evans cierra el podio provisional. El #33 está delante del único i20N que marcha a un ritmo decente, el de Adrien Fourmaux.
Sébastien Ogier da un golpe sobre la mesa. El piloto francés consolida su liderato en el Rally de Japón tras cuajar un bucle vespertino casi perfecto. Durante las primeras pasadas, el del Toyota GR Yaris Rally1 #17 se dedicó a comprobar sus notas. Esa tarea la completó con una velocidad medianamente alta, aunque sin tomar ningún riesgo. Pero por la tarde sí lanzó sus ataques. Si por la mañana su renta era de solo 1.0″, ahora ha logrado estirarla hacia los 7.9″.
El octocampeón escogió el tramo de ‘Isegami’s Tunel’, el más complejo de todo el itinerario, para empezar a asustar a sus rivales. Engranó una marcha más que el resto y endosó a Elfyn Evans, su gran contrincante en la batalla por el título, la friolera de 6.5″. Luego, en la visita a ‘Inabu/Shitara’, añadió otros 3.0″ al galés. La única cronometrada por la que se dejó algo de terreno con sus perseguidores fue en la de ‘Shinshiro’. ¿Cuánto? Unas escasas tres décimas.
«Ha sido un buen día», apuntó el de Gap, que figura justo por delante de Takamoto Katsuta. El japonés, siempre competitivo en la ronda de su país, aguanta en la pomada. El ídolo local dispone de una ventaja de 2.3″ sobre el #33, quien es su inmediato perseguidor. El líder del FIA World Rally Championship (WRC) siente que no ha conducido de una forma eficiente en las técnicas carreteras del país asiático. Lo bueno para él, los kilómetros que todavía restan.
Lo que antes era un póker de la firma nipona se ha convertido, provisionalmente, en triplete. Adrien Fourmaux consiguió superar a Sami Pajari en la última cronometrada de la etapa. Su Hyundai i20 N Rally1 es el único que ha fijado unos registros decentes en la casa del equipo campeón del mundo. El galo confesó que ha tenido que adaptar su estilo de pilotaje a lo que las circunstancias están demandando, y eso, de momento, le mantiene a la estela del podio.
Ott Tänak, con la especificación antigua del vehículo surcoreano, anda en una solitaria sexta plaza. La distancia que le aleja de Fourmaux ronda la frontera del minuto. Más atrasado aún aparece Thierry Neuville. El vigente campeón, que en la sección matinal lidió con una avería en el diferencial trasero, cede 21.2″ con el estonio. Grégoire Munster es octavo con su Ford Puma Rally1, mientras Kalle Rovanperä ha escalado hasta P17 con su suspensión reparada.
En WRC2, Alejandro Cachón ha birlado la batuta de mando a Nikolay Gryazin. El ganador del Supercampeonato de España de Rallies (S-CER) protagonizó un subidón de ritmo que pilló a sus contrincantes desprevenidos. A pesar de sus intentos, ninguno de ellos pudo emitir una respuesta al asturiano. El ruso, con su Škoda Fabia RS Rally2 semioficial, no entendía el por qué de unas marcas para nada parecidas a las de su antecesor. Jan Solans continúa tercero.
En lo que respecta a la división de bronce, Ghjuvanni Rossi permanece intratable. El francés del Ford Fiesta Rally3 ha aumentado su renta al frente de la tabla hasta los cinco minutos. Y es que Matteo Fontana, el segundo clasificado, no se desvía del plan que diseñó en la previa de esta penúltima cita de la temporada. El italiano sabe lo que debe hacer para proclamarse campeón del mundo: terminar. Y a ello se ciñe. Eric Royère, reenganchado, cierra el pódium.

Foto: Toyota Gazoo Racing WRT


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