El piloto de la isla de Lanzarote, después de cosechar resultados destacados en asfalto tanto en la modalidad de montaña como en la de rallysprint, encara este fin de semana el ‘Villa de Teror’ para valorar el rendimiento de su vehículo en citas de larga distancia. De su reciente segundo puesto en la rampa de Ingenio lamenta la falta de competencia.

Esteban Feo encara este fin de semana su prueba definitiva al volante del Mitsubishi Lancer Evo IX. Después de batallar por la victoria en el 2º RallySprint de Antigua -en el que se retiró en la última especial por una avería en la bomba de gasolina- y de firmar un segundo puesto en la 22ª Subida a La Pasadilla, el conejero descuenta los días para participar en su primera cita a larga distancia: el 44 Rallye Villa de Teror. «Quiero probar en ese», dijo el lanzaroteño.

El abanderado de Escudería Lanzarote busca asegurarse del correcto funcionamiento de su montura en un evento de tal magnitud. Por el momento, el más largo de asfalto en el que ha tomado la salida ha sido el 9º RallySprint Era del Cardón, en el que realizó 51.10 kilómetros cronometrados. En el evento terorense deberá alcanzar casi el doble de longitud: los 95.50. Y Esteban también ansía ver cómo es su adaptación a la especialidad reina del Archipiélago.

Sobre su concurso en la ascensión de Ingenio, Esteban lo catalogó «bastante» positivo. «Lo más importante es que vamos cogiendo kilómetros y aprendiendo cada vez más del asfalto. Nos fue bien», detalló. El calor hizo algo de mella en la mecánica de su montura. En la tanda de entrenos, un exceso de temperatura le ocasionó una pérdida de potencia. En las mangas posteriores quitó el bang como prevención: «Se seguía calentando pero iba un poco mejor».

Feo solucionó en la rampa ingeniense el problema de palieres que le había acosado durante las primeras especiales del ‘Era del Cardón’. Por otra parte, montó una «centralita nueva de diferenciales que parece que va mejor» que la anterior. Aunque admitió que su tiempo aún se puede rebajar, lamentó la falta de «competencia directa» en carrera. «Nos quedamos un poco solos. Era claro que con Iván no íbamos a poder y estuvimos en tierra de nadie», cerró.

Foto: Óscar Quintana