El piloto de Arico, vencedor absoluto de la 12ª Subida a Betancuria, tuvo que abortar su última manga al sufrir un percance poco común en su barqueta. Sospecha que el estado del firme contribuyó a que se rompiera un soporte del elemento en cuestión y considera que, sin esa incidencia, habría limado el récord en «tres o cuatro segundos fácilmente».
Lauren García regresó a la senda de la victoria en la 12ª Subida a Betancuria. El campeón de Canarias de montaña ganó con contundencia en la isla de Fuerteventura, pero también lidió con un percance curioso y nada agradable. En la última manga oficial, de repente, la batería de su Nova Proto NP01 le cayó sobre los pies. Un soporte de este componente se partió y al ariquero no le quedó otra que abortar y regresar al parque cerrado. «Era un peligro», afirma.
El piloto de Tenerife considera que ese inesperado contratiempo fue generado por el estado del firme de la FV-30. «Seguro que tocó algo en el suelo, que allí es complicado, y partió por debajo el soporte», dice. Esta experiencia se suma a otra que ya vivió en el pasado, cuando un extintor se convirtió en protagonista. A pesar de todo, su victoria no peligró. Su crono en la Carrera 1 fue más que suficiente para que abrochase 35 puntos en la ascensión majorera.
El natural del municipio de Arico estipula que, sin esa incidencia que le obligó a pararse, su propio récord de 2:55.387 «en tres o cuatro segundos» sin entrar en complicaciones. Todo ello porque en la primera pasada oficial empleó un planteamiento cauto. «Subí intentando llegar a la meta porque no me podía permitir ningún cero más», asevera. Aun con su triunfo en la rampa betancuriana, sus opciones de renovar el título canario no invitan al optimismo.
García asume que anotarse un nuevo entorchado autonómico «está muy difícil, por no decir que imposible». A su rival, Carlos Alexis Ramos, le basta con una octava plaza en cualquiera de las dos subidas que restan por disputar, siempre que salga en ambas. Y Lauren vuelve a cargar contra el calendario. «Tienes un golpe o un problema mecánico y no puedes reparar, no hay tiempo. Este año me tocó a mí, pero el que viene le puede tocar a otro piloto», zanja.
Foto: Óscar Quintana


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