El galdense rescató de su participación en la 12ª Subida a Betancuria un quinto puesto después de sufrir distintos problemas mecánicos en las dos primeras mangas. El piloto del Mitsubishi Lancer Evo VII espera corregir esos «pequeños detalles» para, así, poder desplegar todo el potencial que esconde su montura y atacar de la manera que le gusta.

Gustavo Bolaños no disfrutó de una estancia tranquila en la isla de Fuerteventura. Su viaje a tierras majoreras para participar en la 12ª Subida a Betancuria se saldó con un quinto lugar, «más de lo que pensaba» cuando acabó la manga de entrenos, pero menos de lo que había pronosticado antes de empezar la competición. «Dentro de lo que cabe, nos llevamos unos puntillos buenos», dice el de Gáldar, que ahora marcha cuarto del Provincial de Las Palmas.

Los problemas para el deportista grancanario comenzaron en la sesión de entrenamientos. «Nos quedamos en el pueblo sin presión turbo porque se nos soltó el tubo de la admisión», detalla. Ese contratiempo lo pudo solventar sin mayores dolores de cabeza en la asistencia, pero el que le apareció en la Carrera 1 fue más serio: «El coche se nos quedó sin ventilador y se subía la temperatura. Intentamos ponerle corriente directa y tampoco funcionaba así».

En ese momento, Bolaños ya daba «por perdido» su desplazamiento a la cita betancuriana. Sin embargo, se le ocurrió un remedio para lidiar con ese fallo mecánico y partir a la manga final. «Llegué a la salida y paré el vehículo para tenerlo lo más frío posible», apunta. Luego, mientras ascendía por la FV-30, mantenía un ojo en la temperatura. Si esta alcanzaba a sus valores máximos, debería detenerse de inmediato. Por fortuna para él, el Mitsubishi resistió.

«Llevamos una racha con tonterías que no me dejan coger el ritmo para poder atacar como a mí me gusta», lamenta el grancanario. «A ver si logramos corregir esos pequeños detalles. Está claro que son debidos a la vejez del coche porque el ventilador que llevamos era el de origen. Vale que el manguito del turbo se salió, pero eso le ha pasado a otros compañeros y no es nada del otro mundo», agrega. A pesar de las dificultades, promete que no se rendirá.

Foto: Óscar Quintana