El piloto grancanario no sabe decir qué hará en la presente campaña: «Voy muy justo de patrocinios. A ver en qué pruebas puedo estar». El del Škoda Fabia R5, además, sigue a la espera de piezas que «se están demorando más de la cuenta». Su único contacto con la competición en lo que va de año, en Juncalillo con uno de los C2 S1600 de Auto-Laca.

La temporada 2025 de Armide Martín está inmersa en la absoluta incertidumbre. El de Gran Canaria desconoce qué rumbo tomará su campaña. «No sé decir qué haremos», relata el de Auto-Laca Competición. El campeón de Las Palmas de rallies de asfalto del 2023 añade que va «muy justo» de apoyos para afrontar el curso con unas mínimas garantías. Además, está esperando unos recambios que están tardando «más de la cuenta» en llegar al Archipiélago.

Este cóctel ha hecho saltar por los aires los planes del piloto grancanario. «Estoy un poco en ascuas», lamenta. El único contacto que ha tenido con la competición en lo que va de curso, la 29ª Subida de Juncalillo, en la que dirigió uno de los Citroën C2 S1600 de la formación de Ángel Ramos. «Fue superespecial lo de subirme otra vez a un coche de esas características. Debo agradecer que contarán conmigo para hacerlo», expone Martín sobre esa experiencia.

«Son coches muy nerviosos y, lo más atractivo de ellos, es el sonido del motor cuando vas a 8000 vueltas», detalla Armide acerca de lo que significa llevar un S1600. «Las sensaciones que trasmite son muy diferentes a las que estoy acostumbrado ahora con el Škoda, pero me encantaron», agrega. La primera vez que Martín subió a un vehículo así fue allá por el 2006, cuando realizó la mitad del Nacional de Rallies de Asfalto con un Renault Clio de Imex-Laca.

En la manga de entrenos de la ascensión galdense, Armide no llegó a la meta por una rotura en «el cable del sensor del cigüeñal». Los mecánicos de Auto-Laca Competición solventaron esa incidencia y Martín pudo completar las otras dos pasadas restantes sin sufrir problemas de ninguna índole. «La misión era correr lo que se pudiera cuando estaba seco y, cuando no, ir con mucho cuidado, ya que estos coches son joyas que hay que conservar», zanja Armide.

Foto: Óscar Quintana