El reto más extremo de la campaña para los equipos del FIA World Rally Championship (WRC) está en el continente africano. La cita keniata desafía a máquinas y pilotos hasta la extenuación. Las pistas de la sabana no entienden de piedad. Por ello, los ingenieros de Toyota, Hyundai y M-Sport Ford deben de adaptar sus máquinas a las circunstancias.

El calendario del FIA World Rally Championship (WRC) presenta desafíos de todo tipo. Cada cita tiene sus propias características, pero ninguna es tan extrema como la de esta semana. El Safari Rally de Kenia supone el mayor reto de la temporada para los equipos y pilotos. No hay nada igual a la cita africana. La dureza de los coches y la capacidad de resistencia de los que los conducen quedan expuestas en esta ronda, la más larga en kilometraje competitivo.

Pero la longitud total del evento es el factor menos radical. Aunque en vez de cuatro etapas se programasen dos, el ‘Safari’ mantendría su reputación intacta. Porque su exigencia viene de los elementos de la naturaleza, esos que los ingenieros no pueden encontrar en ninguna otra parte del planeta. Y la normativa, que solo admite realizar test dentro de Europa, añade más dificultad a su misión: preparar los coches para que resistan a lo que les venga encima.

Los artefactos Rally1, y la inmensa mayoría de Rally2, ofrecen estos días un aspecto que no volverán a lucir hasta que regresen a tierras keniatas en el 2026. Numerosos componentes son de carácter exclusivo para el ‘Safari’. Algunos de ellos parecerán simples, pero están en la lista de imprescindibles para afrontar el tercer evento de la campaña. Porque son muchas las variables a considerar, desde el tiempo… hasta la posibilidad de cruzarte ante un animal.

El dispositivo estrella, el que utilizan Toyota, Hyundai y M-Sport Ford en sus vehículos, es el denominado snorkel. Este permite contar con una entrada de aire alternativa desde el lugar más elevado posible: el techo. ¿Cómo? A través de un tubo que conecta directamente con el capó. Los copilotos accionan esta útil herramienta cuando se acercan a zonas con fesh-fesh o pasos de agua muy profundos. No lo usan siempre porque perderían capacidad del motor.

Las parrillas frontales de los GR Yaris, i20 N y Puma también muestran cambios. El radiador está expuesto a golpes con piedras de considerables dimensiones y a recibir unos baños de arena importantes. Para minimizar el riesgo de roturas o bloqueo del sistema, esas parrillas se refuerzan con una capa metálica extra. Esa acción se combina con la de elevar al máximo las suspensiones. El resultado, una mayor distancia con el suelo y los peligros que esconde.

La fauna africana es otra de las amenazas a esquivar. Las especiales discurren por la sabana y, por lo tanto, existe la posibilidad de que una cebra o jirafa aparezca en el camino. En caso de que eso ocurra, los coches están equipados con unas bocinas potentes para avisar de su presencia. Los Hyundai, además del claxon, usan luces intermitentes en todo momento. Se trata de una programación elaborada específicamente para el ‘Safari’, el rally más diferente.

Foto: M-Sport Ford WRT

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