El automovilismo en el Archipiélago pierde a una de sus referencias con el fallecimiento del conejero. Padre de Samuel y Yeray, dos nombres que figuran en el palmarés de nada menos que el Campeonato de España de Rallies de Tierra (CERT), deja un legado para la eternidad en las Islas. De su debut hasta su retirada completó 25 temporadas en activo.

El automovilismo en Canarias pierde a una figura clave en su crecimiento, la del lanzaroteño Francisco Lemes ‘El Menda’. Justo en el día del arranque de la temporada 2025, el padre de dos campeones de España dijo adiós. A sus 71 años de edad y después de firmar una huella imborrable en el deporte del motor. Tanto cuando lo practicaba con el rol de piloto como en los momentos en los que le hacía apoyando las trayectorias de sus hijos, de Samuel y Yeray.

‘El Menda’ realizó su primera prueba allá por el 1985. Su debut lo protagonizó al volante de un Seat Panda 45. Luego, pasaron por sus manos vehículos como el Renault 5 GT Turbo, un Renault Express con mecánica modificada, un Lancia Delta Integrale… hasta el Ford Escort WRC con el que colgó los guantes en el 2010. Y, precisamente, en el mismo tramo en el que 25 años antes se había estrenado. A partir de ahí, se focalizó plenamente en sus discípulos.

Samuel y Yeray no tardaron en regalar alegrías a su progenitor. El mayor de los hermanos le dio la del Campeonato de España de Rallies de Tierra en la temporada 2005. El pequeño se encargó de repetir esa hazaña en el 2009. Los dos pusieron el apellido Lemes en la cima del automovilismo nacional. Y Francisco disfrutó de esos éxitos como el que más. Pero no hubo victorias solo a nivel estatal. También en el ámbito regional, la última de ellas bien reciente.

Hace tres meses, Francisco festejó la coronación de Yeray como campeón en el ‘Mundialito’. No pudo hacerlo en persona, ya que se encontraba ingresado en el hospital, pero no perdió detalle alguno de lo que acontecía por el 45º Rallye Isla de Lanzarote. Por videollamada, ‘El Menda’ estuvo presente en la celebración del título de su hijo menor. Ahora, sus hijos darán continuidad a un legado que empezó a escribirse en el 1953 y al que aún le quedan páginas.

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