El ocho veces campeón del mundo avanza hacia su décima victoria en el ‘Montecarlo’. A falta de la jornada dominical, conserva un liderato que, aunque no considera «cómodo», le mantiene a una distancia importante de sus perseguidores. A espaldas del francés, el galés de Toyota y nuevo fichaje de Hyundai intercambian golpes de manera continuada.

Sébastien Ogier avista su décima victoria en el 93º Rally de Montecarlo a tres especiales de distancia. El piloto de Gap no muestra debilidad alguna por las carreteras de su tierra. Como para hacerlo después de subir nueve veces a lo más alto del podio en Mónaco. Esa cantidad es insuficiente para el ocho veces campeón mundial. Quiere llegar a los dobles dígitos. Y un día le separa de ese objetivo. Un domingo del que no se fía. No pierde el respeto a esta cita.

El incremento de las temperaturas en los Alpes franceses y sus alrededores motivó que los compuestos invernales se tomasen un día de descanso en el parque de asistencias. Durante la mañana y por la tarde nadie apostó por esos neumáticos. Pero una amenaza permanecía presente, el barro. Gestionar las zonas más sucias fue la tarea más compleja del día para el líder. La superó con sobresaliente. Ahora, está a la espera de recibir una matrícula de honor.

Si el #17 resolvió la penúltima etapa de la cita monegasca con solvencia, sus perseguidores más inmediatos la pasaron de forma mucho más intensa. Elfyn Evans y Adrien Fourmaux se intercambiaron la segunda y la tercera plaza hasta en cuatro ocasiones. Golpeaba el galés y respondía el galo. Así todo el tiempo. Por el momento, la balanza se decanta del lado del del Toyota GR Yaris Rally1. Su ventaja sobre el fichaje de Hyundai no rebasa los cinco segundos.

Esa pugna por el premio de plata sumó una nueva figura durante la sección vespertina, la de Ott Tänak. El estonio se transformó por completo. Al parón del mediodía había llegado en la quinta plaza y a 26.4″ de la P2 que ahora tiene a su alcance. Le estaba costando horrores el hecho de encontrar una buena sintonía con su i20 N Rally1. Eso sí, una vez y dio con la tecla nadie pudo igualarle. Ha encadenado tres scratch y uno de ellos por 9.0″ sobre todo un Séb.

Si el campeón mundial del 2019 entró con fuerza a la zona de ataque, Kalle Rovanperä fue a la inversa. Su «es lo que hay» resume la situación que atraviesa. No está en los tiempos que pretende. Carece de rivales con los que luchar. Su P5 parece irremediable. Como la sexta de Takamoto Katsuta. Como la séptima de Sami Pajari. Y como la octava de un Thierry Neuville al que no le está sentando bien lo de cargar el número 1. Hoy, volvió a darse contra un talud.

En WRC2, Yohan Rossel se mide contra sí mismo. El representante oficial de Citroën Racing está en mitad de un paseo militar en su C3 Rally2. La calma que él respira es la tensión que mantienen su hermano Léo, también con un artefacto de la marca del doble chevrón, y Eric Camilli. El del Hyundai i20 N Rally2 ha descendido al tercer puesto de la categoría de plata. En medio segundo saldrán a por las cronometradas dominicales. Un suero o champán. Así.

Por lo que respecta a WRC3, el rookie Arthur Pelamourgues se está desenvolviendo como el más veterano. Ganó todos los tramos del viernes y le faltó apenas uno para repetir pleno en los del sábado. A los mandos de su Renault Clio Rally3, acumula más de cuatro minutos de colchón sobre el italiano Matteo Fontana (Ford Fiesta Rally3). Ghjuvanni Rossi es tercero en otro Ford Fiesta Rally4, mientras que Diego Domínguez y Rogelio Peñate aparecen por la P4.

Foto: Toyota Gazoo Racing WRT

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