El deportista conejero terminó el 45º Rallye Isla de Lanzarote en el tercer puesto de la clasificación absoluta. Su BMW M3 E46, el único coche no FIA que ha logrado entrar en la zona de privilegio de una cita del ‘Mundialito’ en toda la temporada. Con la compañía de Noé González, el lanzaroteño fue capaz de contener a la armada Rally4 en su tierra.

Álvaro Caballero protagonizó toda una proeza en el 45º Rallye Isla de Lanzarote. Al volante de un BMW M3 E46, el abanderado de Manguia Motor Sport fue capaz de encontrar un sitio en el podio de la cita decisiva del Campeonato de Canarias de Rallies sobre Asfalto (CCRA). En las siete citas anteriores del certamen regional, ningún coche no FIA había logrado subir a las posiciones de privilegio, pero esa tendencia no se cumplió en la última prueba del año.

«En ningún momento llegamos a pensar en estar ahí (en el podio). Queríamos ir en un ritmo constante, pero lo de estar en el puesto en el que acabamos… sinceramente, nunca lo había imaginado», admite Caballero. «Todavía no me lo creo», relata el deportista conejero. Desde los compases iniciales de la ronda organizada por Club Deportivo Evesport, Álvaro imprimió una velocidad suficiente para pelear por las plazas de honor. De hecho, llegó a rodar en P2.

El momento en el que Caballero se dio cuenta de que figurar en el cuadro de hora sí era una posibilidad real fue cuando vio su tiempo en la especial de ‘Arrieta-Haría-Máguez’. Ahí dejó un segundo mejor crono, siendo solo superado por el Citroën C3 Rally2 de Yeray Lemes. A la unidad de Óscar Cabrera le endosó 3.1″. «Ahí vimos que podíamos estar en la cabeza», dice el del BMW M3 E46. «Cogimos un ritmo constante, seguimos y lo conseguimos», manifiesta.

Álvaro confiesa que, detrás de ese resultado, el más destacado de su trayectoria deportiva, hay mucho trabajo, tanto de puesta a punto como consigo mismo. «El coche acaba carreras, es fiable; y he cambiado el tipo de conducción», detalla. «Las pruebas que he echado con el 325i E30 que tenía antiguamente, vehículo con el que me llevé muchas alegrías, son las que me han enseñado a conducir como lo estoy haciendo a día de hoy», concluye el lanzaroteño.

Foto: Óscar Quintana