El ganador del 51º Rallye de Maspalomas define el fin de semana como «una locura» en el apartado meteorológico. «Fue un caos total, hacías un tramo en seco y te ibas a otro con lluvia», comenta. Sobre el estrecho margen por el que salvó la primera posición, el campeón provincial expone que «da igual ganar por un segundo que por una milésima».

Armide Martín firmó su segunda victoria de la temporada en el 51º Rallye de Maspalomas. A bordo de su Škoda Fabia R5 y copilotado por Pedro Domínguez, el grancanario comandó el segundo doblete consecutivo para el equipo Auto-Laca Competición. Y lo logró en un fin de semana que fue «una locura» en el plano meteorológico. La inestabilidad de las condiciones llegó a un punto que le obligó a realizar algún bucle con tres compuestos de rueda distintos.

«Fue un caos total», asegura el vigente campeón del Provincial sobre el comportamiento de la atmósfera durante la jornada del sábado. «Hacías el primer tramo seco total, degradabas mucho las ruedas, y después te ibas a otro que estaba lloviendo. Al final tuvimos que llevar tres tipos de neumático dentro del coche», agrega. La información que recibió de «amigos y la gente que estaba en los tramos» fue vital a la hora de escoger la monta de cada especial.

Aunque lideró desde la segunda hasta la última cronometrada, Martín salvó el triunfo por un margen de apenas tres décimas. Y no sin suspense, ya que un error en el sistema de cronos, inicialmente, le mostraba en P2 de la clasificación general. Tras minutos de incertidumbre, se rectificó su tiempo y pudo festejar la victoria. «Nos quedamos un poco en 33 al principio, pero al final lo conseguimos. Da igual ganar por un segundo que por una milésima», expone.

Martín da por concluido su 2024 en el ámbito deportivo. En Gran Canaria solo falta una cita de la disciplina reina, el ‘Comarca Norte’, y en ella estará como mecánico de Luis Monzón. «No voy a salir en esa prueba. Me la tomaré con un poquito más de calma y estaré echando una mano en la asistencia», manifiesta. Armide admite que por las operaciones a las que se sometió a primeros de año le ha tocado vivir un curso «raro» pero que ha disfrutado «igual».

Foto: Óscar Quintana