El grancanario es el nuevo líder del Campeonato Provincial de Las Palmas de Rallies de Asfalto merced a su tercera posición en la cita terorense. Una decisión que tomó antes de afrontar la primera sección de la prueba organizada por Escudería Aterura fue clave en su resultado. «Si llega a salir mal, hubiese sido un desastre», admite el del Porsche.

Julio Martínez ejecutó una jugada «a la perfección» en el 43º Rallye Villa de Teror. El piloto del Porsche 997 GT3 Cup Rallye 2010 cimentó su tercera posición en ese acierto. Y no solo obtuvo el premio de la medalla de bronce, sino que también abrochó los puntos suficientes para situarse, por primera vez en toda la temporada, al frente del Campeonato Provincial de Las Palmas de Rallies sobre Asfalto. Pero esa decisión, de salir mal, acarreaba sus peligros.

«Si me dicen antes de empezar que íbamos a terminar en el podio, lo hubiese firmado» dice el grancanario. La mañana del sábado empezó con condiciones cambiantes. Los dos tramos que abrían la prueba de Escudería Aterura lucían, en su gran mayoría, una capa de agua en el asfalto. Pero el tercero, el más largo con sus casi 14 kilómetros de longitud, estaba seco desde la salida hasta la meta. Y Martínez decidió montar ruedas intermedias. Le salió bien.

«Cogimos a nuestros rivales a pierna cambiada, aunque si llega a salir mal hubiese sido un desastre», relata Julio. El dos veces campeón de Las Palmas, acompañado por Pedro Viera, explica su decisión de montar un compuesto propicio para la lluvia en que «las diferencias iban a ser mucho más grandes» en esas partes húmedas. «Salimos al ataque. Llegamos a rozar el coche, no fue solo pasear y ya está, sino que corrimos. Y nos salió bien», comenta.

Al término de la primera visita por ‘Teror-San Isidro’, cuando aún restaban siete especiales por disputar, Martínez disponía de un colchón de casi un minuto con respecto al siguiente clasificado. A partir de ese momento comenzó otro rallye para él, uno más centrado en la gestión. «En los últimos bucles salimos con las ruedas que habíamos usado en el ‘Telde’ y me dediqué a probar trazadas y apuradas diferentes, a ver qué hacía el coche», concluye.

Foto: Óscar Quintana