• En abril del año 1994, José María Ponce dirigió el icónico coche francés a lo más alto del podio de la cita sureña, que era valedera para el nacional de asfalto.
  • Esa victoria permitió al grancanario reponerse de la dura derrota que solo dos semanas antes había sufrido en un ‘Corte Inglés’ en el que marchaba líder.

El Rallye Villa de Adeje del curso 1994 registró un hecho histórico en el automovilismo nacional. En el fin de semana del 8 y 9 de abril, la cita con base en el sur de Tenerife presenció la primera victoria absoluta de un Renault Clio Williams en el territorio español. Los protagonistas de ese triunfo, José María Ponce y Gaspar León. El veterano piloto grancanario logró reponerse con ese triunfo de una de las derrotas más duras de toda su carrera deportiva, la que lamentó en la penúltima especial del 18º Rally El Corte Inglés.

El mayor de los hermanos Ponce inició la temporada con un Ford Escort RS Cosworth de Grupo A en la gran prueba internacional del Archipiélago, la que suponía el arranque del Campeonato de Canarias de Rallies sobre Asfalto. Mantuvo una batalla titánica contra Luis Monzón, que también competía con un artefacto de la firma del óvalo. José María marchaba líder de la general cuando una avería en la bomba de aceite derivó en una rotura de motor. Ese percance arruinó sus opciones de descorchar el champán.

Catorce días más tarde, la ronda adejera presentaba al aruquense una oportunidad para redimirse. La normativa que, por aquel entonces, regía al ya extinto Campeonato de España de Rallies sobre Asfalto vetaba la participación de los vehículos Grupo A como los que Ponce y Monzón habían empleado en ‘El Corte Inglés’. José María tenía dos posibilidades para sumar puntos en el certamen autonómico: apostar por un F2 o, por el contrario, decantarse por un Grupo N. Escogió lo primero y un Renault Clio Williams.

El deportista de la isla de Gran Canaria, apoyado en aquella época por la tabacalera Marlboro, alquiló al asturiano Francisco Cima la unidad con la que este había finalizado quinto del CERA en el año 1993. Sus principales rivales serían los abanderados oficiales de Opel España, Mia Bardolet y Luis Climent, ambos armados con sendos Astra GSI 16V. El desarrollo de la competición también invitó al tinerfeño Gregorio Picar, con un Ford Escort RS Cosworth de Grupo N, a la batalla por una primera posición muy cotizada.

El itinerario de ese ‘Villa de Adeje’, organizado por la Escudería Atogo, condensaba diecinueve tramos y 164 kilómetros cronometrados en una sola jornada. Por la mañana, Climent tomó la iniciativa. Empezó con un ritmo fuerte, pero que fue interrumpido por un repentino problema en la caja de cambios. Llegó un momento en el que no pudo engranar ninguna velocidad. Se detuvo en mitad de la cuarta especial y consiguió la forma de resolver el inconveniente, aunque con un minuto de pérdida respecto a Bardolet.

Su compañero heredó el liderato. Ponce y Picar le vigilaban de cerca, mientras Climent protagonizaba una meteórica remontada. En el ecuador del rally, nadie se había destacado al frente de la clasificación general. Por la tarde, prácticamente, comenzarían los cuatro candidatos a la victoria con el contador a cero. El recorrido de ‘Mocán-Martela’, con casi veinte kilómetros de longitud, se postulaba como el más decisivo. Pero también había que superar otros tramos como ‘Arico’ o el ‘Atogo’ de los viejos tiempos.

Los problemas de fiabilidad volvieron a instalarse en el seno del equipo Opel España, esta vez en la caja de cambios de Bardolet, que cedería la batuta de mando a Picar. Aún así, el cuarteto de cabeza seguía envuelto en un pañuelo… hasta que una de las últimas visitas por ‘Mocán-Martela’ dinamitó la igualdad. ‘Goyo’ sufrió la rotura del diferencial trasero de su Ford y Mia paraba a cambiar un neumático pinchado. Estas incidencias dejaban a Ponce y Climent mano a mano. Ellos se jugarían el lugar de mayor privilegio.

El grancanario, ya adaptado al Clio Williams en esos compases finales del ‘Adeje’, frenó la remontada del valenciano, que tuvo que conformarse con la plata. La resistencia del artefacto francés se convirtió en la mejor aliada del mayor de los Ponce, que hacía historia con esta victoria. El icónico modelo de la marca del rombo disfrutó de más alegrías en aquella campaña de 1994, pero ya en tierras peninsulares. Oriol Gómez, en representación de Renault España, firmó otros cinco triunfos y campeonó en el CERA.

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