- El único participante de la Categoría 2 lidió con un problema mecánico en su Silver Car S1 desde la primera hasta la última manga de la rampa aruquense.
- De cara a la segunda mitad de la temporada, el palmero afincado en Gran Canaria tiene previsto realizar un viaje a Tenerife para participar en Tamaimo.
Ricardo Rodríguez revivió las emociones de la competición en la 24ª Subida de Arucas, su primer evento del año a los mandos de la Silver Car S1. Después de ocho meses de inactividad, el abanderado de Club Deportivo Faroga volvió a enfundarse el mono para lograr una victoria dentro de la Categoría 2. Aunque su balance es «muy positivo, de diez», el palmero afincado en la isla de Gran Canaria revela que un fallo mecánico afectó el sábado a su monoplaza: «Había un cilindro que funcionaba cuando le daba la gana».
El problema no consiguió solucionarlo en las asistencias y le privó de mejorar los tiempos que ya había firmado en la edición de la campaña pasada. «Era demasiada la merma de potencia, me faltaba coche. Estoy completamente seguro, viendo lo que hice y los sitios en los que falló la CM, que fue por todo el trazado, que podíamos estar por debajo del registro del 2023», explica. Eso habría supuesto romper la barrera de los dos minutos, un límite que, para alcanzarlo, tendrá que esperar hasta futuras ocasiones.
Para lo que resta de temporada, Rodríguez espera disfrutar de un programa más regular: «Por motivos de trabajo y salud no habíamos salido desde Tamaimo del año pasado. En este 2024, tengo previsto ir a Tamaimo otra vez, ya que mis amigos de Tenerife me han invitado a hacerlo». Por lo que respecta a las rampas de Gran Canaria, asegura que debe comprobar el calendario antes, pero que le gustaría «hacer La Pasadilla y las que quedan», que sería la cita doble de Fataga y San Bartolomé, fijada en noviembre.
Ricardo es otro de los pilotos que coincide en que la cruz Provincial de Las Palmas de Montaña reside en su cargado calendario. «Yo corro de mi bolsillo y es muy complicado hacer dos pruebas en el mismo mes. Estarías dando gracias a Dios de no tener una rotura, porque no dispondrías de tiempo físico para repararla y seguir», expone sobre su situación. «Es todo un cúmulo de cosas. Esto ya no es como antes, cuando estaban las grandes tabacaleras. Ahora es muy difícil y se nos hace muy cuesta arriba», asevera.


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