El campeón de Canarias de Montaña de la Categoría 3 celebró su título autonómico en la 18ª Subida Los Loros. El propio viernes de la rampa arafera, certificó su entorchado con la incomparecencia de Guillermo Évora, con problemas por resolver en su BRC 02. Unas condiciones meteorológicas extremas condicionaron sobremanera el sábado del piloto de Acadesa. Sus esfuerzos por encontrar un remedio eficaz a los problemas de empañamiento de la Silver Car S3 no fructificaron y le obligaron a ir «prácticamente abriendo la puerta» para alcanzar algo de visibilidad. Realizó la primera manga oficial y descartó la segunda.

El periodo de aprendizaje de Jonathan García con la Silver Car S3 que estrenó a principios de la actual temporada contó con un capítulo inesperado en la 18ª Subida Los Loros. Después de recabar infinidad de datos en diferentes rampas que ofrecieron condiciones de seco, el de Puerto de la Cruz se enfrentó a una ascensión marcada por una constante lluvia. Disponía de los neumáticos adecuados para extraer el máximo rendimiento de su monoplaza, pero otros elementos se encargaron de frustrar su concurso.

La niebla que acompañó a las precipitaciones en la prueba arafera truncó la participación del campeón europeo Christian Merli como piloto invitado. La escasa visibilidad que tendría a bordo de su barqueta aconsejaba optar por la prudencia. Con el herreño Sergio Febles también descartado, el de Acadesa fue el único deportista de las categorías 2 y 3 que desafío a la meteorología. «No veía absolutamente nada». Así resume Jonathan su aventura en el evento de Club ProGT Arafo. «No podía hacer mucho», comenta.

La CM Promo del portuense, que en la tarde del viernes se había proclamado campeón de Canarias en su apartado, carecía de limpiaparabrisas. «Al ser el cristal de policarbonato, le pusimos todo lo habido y por haber con el objetivo de que no se empañase, pero no había manera, siempre salía un montón de vaho», detalla. García admite que debió recurrir a soluciones extremas para lograr completar la primera manga oficial. «Iba, prácticamente, abriendo la puerta para ver si iba por el centro y llegar a meta», dice.

Sin rivales en carrera, el hombre de Escudería Daute-Realejos decidió descartar la última cronometrada. «Era como ir con una venda en los ojos, absolutamente igual», manifiesta. Por otra parte, lamenta esos problemas de empañamiento que sufrió en su bólido, ya que le gusta «bastante correr en agua». Ya con su curso finiquitado, Jonathan afirma que está «muy contento» con las prestaciones y la fiabilidad de un vehículo con el que continuará en 2024, año en el que defenderá dos coronas: la regional y la provincial.

Foto: Federación Canaria de Automovilismo

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.