El veterano piloto candelariero acudió al rescate del que fuese campeón de España de Montaña en la rampa arafera. Le prestó unos neumáticos de agua con los que evitó el que deportista del Porsche 911 991 GT3 abortase su concurso después de la pasada de entrenamientos. El representante de Escudería Arico Competición, que regresaba a la acción tras su accidente en Tamaimo, solo disponía de compuestos slick. Asegura que, sin el detalle de su compañero y patrocinador, habría decidido empaquetar todo el material para marcharse a casa. Con las ruedas adecuadas, marcó el segundo mejor registro en la Categoría 1.

La 18ª Subida Los Loros presentó el pasado fin de semana en la isla de Tenerife un desafío tan extremo como inesperado. Los equipos inscritos en la ascensión de Arafo habían preparado su participación con condiciones de seco en mente. Sin embargo, la entrada de una borrasca en las Islas tiró por tierra todo el trabajo previo a la competición. La lluvia convirtió la carretera TF-523 en una piscina. Entre los pilotos sorprendidos por el cambio de la meteorología, un Carlos Hernández que solo tenía compuestos slick.

El representante de Escudería Arico Competición no contemplaba la jornada del sábado con optimismo. Los reportes alertaban de un incremento de las precipitaciones con el paso de las horas. Por ello, había pensado en completar la manga de entrenamientos y empaquetar el material para volver a casa. «Nos tocó un día muy malo, y más después del golpe», comenta Carlos. El viernes de la misma semana de la carrera había terminado de reparar los daños que su Porsche 911 991 GT3 arrastraba desde Tamaimo.

La experiencia del que fuese campeón de España de Montaña en los compases iniciales de la rampa de Club ProGT Arafo fue una pesadilla. «Me llevé un montón de sustos, iba muy desconfiado», dice acerca de la escalada de entrenos, la que realizó con las únicas ruedas de las que disponía. Antes de comenzar las cronometradas oficiales, cuando había optado por abortar y prevenir males mayores, apareció Juan Luis Cruz en su asistencia con cuatro gomas de agua. «Gracias a él pude continuar», admite Hernández.

El gesto del veterano piloto tinerfeño, que también es uno de sus patrocinadores mediante la empresa Junialcan, le ayudó a salvar una segunda posición en la Categoría 1. «Fui al setenta, ochenta por ciento porque no quise darle un toque al coche ni arriesgarme. Quería acabar la temporada con el coche bien y tenerlo listo para el próximo año», comenta Carlos. Su inexperiencia con zapatos de lluvia también le invitó a la cautela: «Iba cogiendo el tacto y las sensaciones. Hay margen para bajar el tiempo que hice».

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