El piloto satauteño debutó a los mandos de un vehículo de propulsión en el 42º Rallye Villa de Teror, celebrado el pasado fin de semana en la isla de Gran Canaria. Con Aday Ortiz a su derecha, concluyó en una tercera posición que no abandonó en ningún momento del sábado. Además de completar los primeros pasos en su adaptación al artefacto germano, el representante de Club Deportivo Azuatil descubrió un nivel de exigencia deportiva que le sorprendió. Las elevadas temperaturas, combinadas con el calor que su nuevo coche transmitía, le hicieron llegar «sudando a mares» a la meta de uno de los tramos.

Alberto Monzón estrenó su Porsche 997 GT3 Cup Rallye en el 42º Rallye Villa de Teror del pasado fin de semana con una tercera posición. El piloto de Santa Brígida, con la compañía de Aday Ortiz, consiguió el primer podio de su trayectoria deportiva en una prueba que afrontaba con la única intención de luchar contra sí mismo en el proceso de adaptación al artefacto germano. Nunca antes había dirigido un coche de propulsión trasera, pero en la cita terorense se encontró «muy bien» a bordo de su nuevo vehículo.

Las elevadas temperaturas marcaron el desarrollo del evento puntuable para el Campeonato Provincial de Las Palmas de Rallyes sobre Asfalto. En algunos puntos del recorrido llegaron incluso a rebasarse los 30 ºC. El calor también fue una constante en los habitáculos. A Monzón le sorprendió la intensidad con que este se reprodujo dentro de su montura. «Lo noté mucho, principalmente en el bucle del mediodía. Cuando llegamos a la meta de ‘Lanzarote-Artenara’ estábamos sudando a mares», expone el satauteño.

El desgaste físico que supuso ese tramo le obligó a «recuperar mucho líquido» después de completarlo. Otro de los elementos que debió gestionar en las exigentes condiciones fueron los neumáticos, que le ofrecieron excesivo derrapaje en las horas centrales del día. «El coche se iba bastante más, sobre todo de atrás», afirma Alberto. A pesar de ello, permaneció ceñido al plan que había trazado en hoja de ruta, que señalaba no desviarse «de la línea de aprender e ir de menos a más sin asumir excesivos riesgos».

«Al principio me impresionó por lo que corre. Las rectas pasan muy rápido, tienes que calcular bien los puntos de frenada, los de aceleración…», revela el abanderado de Club Deportivo Azuatil con respecto a sus sensaciones en los compases iniciales del debut con el Porsche. «No es un coche fácil de llevar, pero para ir a cierta velocidad no es muy complicado. La situación sí se complica cuando quieres apretar un poco más», añade. «Para el futuro tengo que aprender más de él y tocar alguna cosita», cierra Monzón.

Foto: Videorally_GC

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