La Escudería Maspalomas anuncia la suspensión del meeting fijado para este domingo, 2 de julio, por el escasísimo número de pilotos que formulan la inscripción. La entidad presidida por Francisco Domínguez ya había alertado en la primera cita del curso de la situación crítica que atravesaba la disciplina con menos seguimiento del archipiélago canario. Si esta tendencia no logra revertirse en los próximos eventos, el futuro del certamen autonómico entrará en su periodo de más oscuridad. La cancelación de las carreras previstas este fin de semana aplaza la reanudación del campeonato hasta el mes de septiembre.

El Circuito de Maspalomas no acogerá en la jornada de este domingo, 2 de julio, la segunda reunión del Campeonato de Canarias de Velocidad. La falta de equipos en la lista provisional de inscritos propicia la cancelación del meeting que había previsto en el calendario regional. Así lo ha comunicado la Escudería Maspalomas mediante una escueta nota de prensa. La entidad presidida por Francisco Domínguez ya había advertido de la crítica situación del certamen en la primera prueba del curso, celebrada en mayo.

El llamamiento realizado a los participantes con coches aptos para la modalidad generó un efecto nulo para salvar las carreras de este fin de semana. Los números de participación siguen resintiéndose y, por más que se esfuerce el comité organizador, los gastos económicos terminan resultando insalvables. En el evento que abrió la temporada había tan solo doce pilotos en la relación de concursantes. Tres de ellos no se presentaron a las preliminares inspecciones y seis dieron forma a la segunda de las parrillas.

El autonómico de la disciplina no se reanudará hasta el día 17 de septiembre, siempre y cuando existan los vehículos suficientes para continuar adelante con los preparativos de esa cita. Si esta tendencia que atraviesa la especialidad con menos seguimiento del archipiélago no consigue ser revertida antes de la conclusión de la presente campaña, su futuro entrará en un periodo repleto de incógnitas. Los rayos de esperanza cada vez aportan menos luz y el mínimo grado de estabilidad brilla por su absoluta ausencia.