El piloto del Seat León Supercopa MKII concluye la rampa aruquense en una tercera posición que dedica a su amigo José María Ponce. «Me asesoró desde el hospital. No todos tienen la suerte de recibir sus consejos», asegura desbordado por la emoción el abanderado de Club Deportivo Azuatil. Ocho décimas le separan de la segunda plaza en la división reservada a los turismos. Define su resultado como «impensable» y declara que durante la primera manga oficial llegó a convivir con una sensación de agobio en el habitáculo de su vehículo. «Menos mal que el tiempo refrescó un poco para la última», afirma.
Juan Manuel Jorge regresó el pasado sábado al volante de su Seat León Supercopa MKII en la 23ª Subida de Arucas. El grancanario concluyó la cuarta cita del Campeonato Provincial de Las Palmas de Montaña en la tercera plaza de la Categoría 1. Ocho décimas le separaron del segunda puesto en el que terminó el tinerfeño Abel Mesa con su Mitsubishi Lancer Evo X. El abanderado de Club Deportivo Azuatil afirma que le resultaba «impensable» barajar la opción de acabar la prueba aruquense en las plazas de honor.
El de Desguace Juany no pudo contar con la presencia física de su amigo José María Ponce, pero recibió sus consejos a través de la vía telefónica. «Me siguió minuto a minuto, me sacó todos los pantallazos y, como siempre, me asesoró con su experiencia. Esa suerte no la tiene cualquiera», declara emocionado. Su presencia en el podio se la dedicó al que fuese campeón de España de rallyes sobre asfalto en el año 1991, que permanece en el hospital recuperándose de las lesiones de su accidente en el ‘Islas Canarias’.
La inestabilidad meteorológica marcó los jornadas previas al evento organizado por Escudería Aterura. El día de la competición, las previsiones apuntaban una ligera probabilidad de lluvia al inicio de la tarde. Sin embargo, las altas temperaturas fueron las que sorprendieron a Jorge. «Sinceramente, el calor que pasé en la primera manga oficial fue bestial. Menos mal que el tiempo refrescó un poquito antes de la última, porque hubo un momento en el que el calor dentro del coche llegó a ser agobiante», sostiene.
Esa sensación desde el interior del habitáculo también la experimentaron sus neumáticos al entrar en contacto con el asfalto. «Así era imposible de conducir. Luego, en la segunda oficial, sí salimos seguros porque notamos que el Seat tenía su agarre». Esto se tradujo en una mejora de más de tres segundos con respecto a su tiempo anterior. Sobre sus planes para después del verano, Juan Manuel dice que su próxima aparición se producirá en la rampa de Moya, a la que seguirán las de Fataga y San Bartolomé.
Foto: Óscar Quintana


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